4. La llegada al poder del nazismo

La Gran Depresión trajo nuevos tiempos para el revolucionario alemán. Durante años había predicho que llegaría, y mientras varios bancos se declaraban en guerra y millones de trabajadores perdían sus empleos, el declaraba su satisfacción porque entendía que el momento era oportuno para su discurso.

Un elemento de este discurso fue su capacidad de revivir el sentimiento de orgullo nacional, debilitado en la Primera Guerra Mundial y el posterior Tratado de Versalles. Alemania había perdido su importancia económica en Europa, junto con todas sus colonias, y además había adquirido una pesada deuda.

Los nazis empezaron también a asociar a esta situación a los judíos con los comunistas y los empresarios corruptos.

Las elecciones parlamentaria de 1930 convierten al partido nazi en la segunda fuerza política de Alemania y al partido comunista en la tercera. Después de este apoyo popular, Hitler procedió a buscar el del ejército; su discurso hizo mella en los jóvenes oficiales. También se atrajo la atención de los hombres de negocio germanos, varias empresas empezaron a financiarlo, entre las que destaca la aseguradora Allians.

Como líder de la segunda fuerza política en el parlamento, Hitler pronto fue incluido en los planes de los gobernantes de la república. A finales de 1931 se reunió con el canciller Bruning y el presidente Hindenburg pero ambos fueron incapaces de conseguir un acuerdo político con él.

El 25 de febrero presenta su candidatura a las elecciones presidenciales de 1932, que ganó de nuevo con holgura Hindenburg. Tras las elecciones las diferencias con Strasser eran más agudas acusando a Hitler de su postura intolerante.

Después de esta derrota electoral, las “camisas pardas” ya superaban en número al ejército y fueron prohibidas. Y en las elecciones parlamentarias de este mismo año el Partido Nazi se convierte en la primera fuerza política del parlamento, pero no alcanzo la mayoría necesaria para gobernar. Ante la imposibilidad de conseguir una mayoría necesaria se convocan nuevas elecciones, las terceras en 1932. Los nazis continuaron siendo la primera fuerza política pero perdieron votos, reclamando la cancillería para él y rechazando el ofrecimiento del presidente Hindenburg de una vicecancillería.

Camisas pardas

Uniforme de los camisas pardas


Strasser tenía control sobre una parte importante de la estructura nazi, pero en el momento crítico, decidió viajar a Italia a tomar unas vacaciones, con la esperanza de que Hitler lo llamara a su regreso. No solo no lo llamó, si no que aprovechó su ausencia para destituir a todos sus simpatizantes de los cargos de importancia en el partido, y en su lugar nombro a partidarios más fieles. Convocó a todos los lideres nazis en Berlín, donde les tomó un juramento de fidelidad personal. Cuatro días después de la partida de Strasser, Hitler había tomado el control de toda la estructura política del partido.

Finalmente el 30 de enero de 1933, Hitler fue nombrado canciller de Alemania por el presidente Hindenburg. Políticos conservadores como Papen, e industriales como Emil Kirdorf, pensaron que lograría controlar al revolucionario y que lo haría orar en pro de sus intereses pero en unas pocas semanas Hitler demostraría ser más capaz que estos, y durante su gobierno muchos de los que le ayudaron en su carrera al poder terminaría siendo ejecutados, confinados en campos de concentración o huyendo al exilio.

Para aumentar su poder Hitler informó a su gabinete de la necesidad de convocar nuevas elecciones parlamentarias, con las que contó con los recursos del estado y el apoyo de un grupo de industriales. A través de diversos decretos impuso restricciones a los mítines políticos de la oposición y restricciones a la prensa. El 27 de febrero de 1933, una semana antes de las elecciones del edificio Reichstag fue incendiado; todavía existen dudas sobre la autoría del incendio, pero está claro de que Hitler se benefició de este acontecimiento. La policía detuvo a un comunista holandés en la escena del crimen, se empezó a acusar a los comunistas de querer ejecutar un golpe de estado, y la prensa nazi pronto utilizó este discurso. Al día siguiente, Hitler presenta un decreto de emergencia de 6 artículos que acababa con todos los derechos esenciales: libertad de expresión, respeto a la propiedad privada, libertad de prensa, la inviolabilidad del domicilio, de la correspondencia y de las conversaciones telefónicas; así como la libertad de reunión y asociación. Además permitía intervenir cualquier gobierno regional que considerase capaz de mantener el orden en su estado.

Incendio del Reichstag

El 5 de marzo de 1933, se celebraron las últimas elecciones democráticas bajo el gobierno de Hitler, obteniendo los nazis el 44% de los escaños. Aliados con los nacionalistas no podían llevar aún su revolución nacional ya que necesitaba dos tercios de los escaños. Para solucionar esto hizo uso del decreto del incendio del Reichstag arrestando a los diputados comunistas y algunos socialdemócratas. Ahora Hitler contaba con suficientes diputados como para cambiar la constitución.

El 29 de marzo de 1933, el Parlamento Alemán aprobó la ley para aliviar las penurias del pueblo y del Reichs, con esta ley Hitler, tomaba todos los poderes del poder legislativo y ganaba la capacidad de decretar leyes que podían desviarse de la constitución. No obstante conservaba aún los poderes del presidente Hindenburg.

En poco tiempo, logra afianzarse en el poder, ocupando los cargos de canciller y presidente de la república (2 de agosto de 1934), nombrándose a si mismo Führer. Eliminó a los oponentes de su propio partido y a colaboradores de dudosa fidelidad en la llamada “Noche de los cuchillos largos”, iniciando el proceso de eliminación de diversos grupos raciales, políticos, sociales y religiosos que consideraba enemigos de Alemania y razas impuras, lo que le llevó a reasignar las directrices a los campos de concentración para la liquidación sistemática de comunistas, judíos, testigos de Jehová, gitanos, enfermos mentales y homosexuales, así como a un intenso rearme. Las fábricas y factorías, comenzaron a trabajar en la maquinaria del rearme, absorbiendo a mano de obra desocupada y a construir nuevas infraestructuras.