EDAD MODERNA (RENACIMIENTO Y MANIERISMO)

La Edad Moderna es la tercera de las etapas en la que se divide tradicionalmente en Occidente la Historia Universal, desde Cristóbal Celarius. En esa perspectiva, la Edad Moderna sería el periodo en que triunfan los valores de la modernidad (el progreso, la comunicación, la razón) frente al periodo anterior, la Edad Media, que el tópico identifica con una Edad Oscura o paréntesis de atraso, aislamiento y oscurantismo. El espíritu de la Edad Moderna buscaría su referente en un pasado anterior, la Edad Antigua identificada como Época Clásica. Desde una perspectiva más global, la Edad Moderna marcó el momento de la integración de dos mundos humanos que habían permanecido completamente aislados durante más de 20.000 años: América, el Nuevo Mundo, y Eurasia y África, el Viejo Mundo. Cuando se descubra el continente australiano se hablará de Novísimo Mundo. El paso del tiempo ha ido alejando de tal modo esta época de la presente que suele añadirse una cuarta edad, la Edad Contemporánea, que aunque no sólo no se aparte, sino que intensifica extraordinariamente la tendencia a la modernización, lo hace con características sensiblemente diferentes, fundamentalmente porque significa el momento de triunfo y desarrollo espectacular de las fuerzas económicas y sociales que durante la Edad Moderna se iban gestando lentamente: el capitalismo y la burguesía; y las entidades políticas que lo hacen de forma paralela: la nación y el Estado. La disciplina historiográfica que la estudia se denomina Historia Moderna, y sus historiadores, "modernistas" (aunque no deben confundirse con los seguidores del modernismo, estilo artístico y literario, y movimiento religioso, de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX).

RENACIMIENTO

El Renacimiento es el estilo que surge en Europa Occidental, más concretamente en Italia en los siglos XV y XVI.La base del Renacieminento se da gracias a los humanistas, que eran ciertas personas cultas e intelectuales que cultivaban las artes, las lenguas griegas y latinas,etc. El Renacimiento se divide en dos etapas, El Quattrocento y El Cinquecento.

Las características principales del Renacimiento son:

-Por primera vez, desde la antigüedad, el hombre se siente el centro del Universo. Esto hace que reclame un estilo artístico a su medida, es decir, si en el Gótico vimos que todas las obras tenían a Dios como protagonista, ahora será el ser humano el que retome ese papel.

-Los edificios góticos tenían unas dimensiones verticales que hacían pensar al hombre que era un simple “insecto” en medio de la magnificencia de Dios. En las estructuras renacentistas va a ser el ser humano el que domine al edificio. Esto se conseguirá gracias a las proporciones que por fin van a ser razonadas (las matemáticas, olvidadas durante tantos siglos, volverán a retomarse para realizar cálculos de estructuras). Existirá así un equilibrio entre planta y altura (siendo el cuadrado la figura ideal). En otras ocasiones predominará la horizontalidad sobre el edificio vertical, ya que los artistas sostienen que el hombre se relaciona con la naturaleza sobre el plano horizontal.

-Al perder altura los edificios se abandonará el uso de elementos constructivos góticos. Así se vuelven a recuperar los que ya habían pertenecido al clasicismo: Arcos de medio punto, bóvedas de cañón y de arista, cúpulas de media naranja, pechinas, columnas decoradas con los tres órdenes griegos y el compuesto romano, etc…

-Un elemento que tienen en cuenta los artistas renacentistas es que la obra debe ser presentada en un mismo conjunto al espectador (por ejemplo, en el Gótico había que dar la vuelta completa a una iglesia para ver todas sus características. Ahora, en el Renacimiento, el edificio se contempla desde la fachada principal, y desde la nave central, como un todo conjunto). En pintura y escultura también ocurrirá lo mismo.

-La figura clave para comprender el Renacimiento es el humanista. Este tipo de hombre culto, que conoce la historia antigua, el latín y el griego, va a ser reclamado en las cortes de los nobles. Por primera vez la obra es analizada racionalmente gracias a estos personajes, naciendo así la crítica del arte. El humanista, además, siente por el artista un gran respeto, y a su vez este último consulta con este hombre culto historias antiguas, de mitos, etc… Todo para poder plasmar en su obra una idealización lo más cercana posible a la temática que se requiere. En algunas ocasiones el propio artista se convierte también en humanista.

-Durante el Gótico los autores trabajaban prácticamente bajo el anonimato, acompañados por un taller que les respaldaba. Podían realizar desde muebles a un cuadro. Sin embargo, durante el Renacimiento, la fuerte personalidad de algunos artistas va a hacer desaparecer ese anonimato. Es más, los nobles y altos burgueses estarán pendientes para tener bajo su cargo a los genios de la época (Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, etc…) Esto no quiere decir que dejen de existir los talleres, porque continuarán trabajando; pero ahora el mérito de toda la obra realizada, aunque haya sido hecha por un grupo grande de personas, se lo va a llevar el maestro, el que dirige esta escuela.

-La iglesia va a seguir contratando artistas para la realización de obras. Sin embargo va a tener una clase social que le hará la competencia: La alta burguesía, enriquecida por el comercio y la industria. Éstos protegerán a los grandes genios, convirtiéndose así en “Mecenas”. Esta denominación viene de una antigua familia de la época romana. Ellos fueron los primeros en fomentar el desarrollo cultural de esta civilización, gracias a que tenían bajo su protección a artistas como Virgilio u Horacio. Así los Mecenas más famosos de Italia serán sobre todo los Médici, una familia autóctona de Florencia que tuvieron en sus manos el poder (incluso algunos miembros llegaron a ser Papas).

EL QUATTROCENTO

Esta etapa se da en el siglo XV y comenzó en Venecia.Los principales edificios de esta época son:

Santa María dei Fiori (Santa María de las Flores)

Con un leve estilo Gótico, de amplias dimensiones que le da al templo gran luminosidad. Se proyectó realizar sobre el cimborrio algo original para la época: Una cúpula. El encargo recayó sobre uno de los grandes arquitectos del momento: Felipe Brunelleschi.La cúpula se levanta sobre el cimborrio situado en el crucero, y posteriormente sobre otro elemento llamado Tambor, el cual le dará mayor grandiosidad. Además posee una cubierta doble, una interior de madera y la exterior de ladrillo, esto le permite soportar el peso. La genialidad de Brunelleschi va a hacer que aparezcan nuevos elementos a la hora de clasificar las cúpulas:Tambor,Cimbra y Linterna.

la Iglesia de Santa María Novella

de León Bautista Alberti. El templo, que había sido iniciado con elementos de arquitectura Gótica, va a ser rematado con estructura clásica basada en la proporción. El cuadrado será así el elemento principal del que parta el arquitecto para realizar el resto de la composición. De esta manera, si dibujáramos una línea imaginaria, se pueden observar dos cuadrados en el cuerpo inferior de la fachada, y uno en la superior (justo en el centro). La planta baja posee una sucesión de arcos, donde se combinan los de medio punto con los ojivales. Es curioso observar que se emplean distintos colores para resaltar las dovelas, los cuales se repiten por el resto de la fachada. Destaca la portada central, que realiza mediante un gran arco de medio punto. En la planta superior se observa el cuadrado central, en cuyo interior se ha colocado un rosetón. A los lados de esta figura, Alberti colocó dos molduras de volutas, cuya función es tapar la altura de las naves laterales de la iglesia.

San Andrés en Mantua.

La fachada se concibe como un arco de triunfo, poseyendo dos calles laterales con pequeñas portadas de acceso, dos hornacinas con arcos de medio punto (hueco redondeado, excavado de la pared, normalmente para colocar alguna figura), y finalmente dos ventanas. Todo este conjunto está separado por cuatro grandes pilastras, con capiteles corintios. La portada principal posee un gran arco de medio punto, en cuya bóveda se han colocado casetones. Finalmente remata todo el conjunto un frontón triangular y un nuevo arco con su bóveda. En el interior el edificio está compuesto por tres naves, con bóvedas de cañón decoradas con casetones. Destaca la cúpula sobre el crucero, en donde se han utilizado pechinas para pasar de la planta cuadrada a la circular. Igualmente destacan los frescos con los que se han adornado los muros.

EL CINQUECENTO

Los arquitectos del siglo XVI realizaron importantes cambios con relación a los planteamientos del Quattrocento. La transición de ese Quattrocento al Cinquecento se puede apreciar perfectamente en la obra de un hombre que, aunque viviera en casi todo el siglo XV, ejerció gran influencia dentro de la arquitectura del XVI. El arquitecto más importante así de esta etapa es Donato Bramante. La primera parte de su vida transcurre en Milán, pero al llegar a Roma se produce un cambio radical, acogiendo el gusto por la simple estructura, que acentúa los puros valores formales de la arquitectura. Realizaría así en esta ciudad el templete de San Pietro in Montorio, inspirándose en los templos de Vesta romanos. Demuestra así una gran admiración por la antigüedad. Tiene una planta central o circular, recogido de los templos romanos antes citados. En la planta inferior colocó un peristilo (columnas que rodean al edificio), que es de origen griego. En la parte superior destaca una balaustrada que rodea la segunda planta, la cual está rematada por una cúpula. Conjuga así elementos griegos con romanos.

El Papa Julio II encargó a Bramante la elaboración de un nuevo San Pedro del Vaticano.

Este primer proyecto respondía fundamentalmente al ideal clásico en el tratamiento del espacio. El tipo de planta que utiliza es de Cruz Griega, con una enorme cúpula, rodeada por una columnata y con cuatro torres situadas entre los brazos de dicha cruz. Pero el proyecto no llegó a realizarse, por la muerte del Papa Julio II y por la del mismo Bramante.

Miguel Ángel Buonarroti, arquitecto, escultor y pintor,inicia estas formas nuevas en la basílica, sometiendo los elementos clásicos a una interpretación personal y dramática. Es conocido como el padre del Barroco. Trató las formas en arquitectura con una gran desenvoltura y además puso estas formas al servicio de una composición que buscaba siempre contrastes plásticos que fueran significativos dentro de la obra. Será él así el que represente la ruptura de la serenidad y el equilibrio de la arquitectura Cinquecentista de Bramante.

Una de sus obras principales ser la Escalera de la Biblioteca Laurenciana de Florencia, de sorprendentes efectos de tensión en un espacio reducido, con pilastras apoyadas sobre molduras curvas (que nos recuerdan a las de Santa María Novella). Destacan también los escalones centrales de la parte baja, que los hace enormes y al igual que las molduras, curvos, dando movilidad a toda la obra.